La boda de Elena y Fran fue realmente inolvidable, una experiencia que siempre llevaré conmigo. Ellos son una pareja maravillosa, siempre con una sonrisa, irradiando felicidad y amor. Ambos son de Valencia y su historia comenzó hace unos años, por una casualidad del destino.
Hace poco, llegó a sus vidas su hijo Fran, quien fue una presencia llena de entusiasmo y alegría durante todo el día de la boda. El pequeño Fran es un torbellino de energía, decidido a vivir cada instante junto a sus padres.
En la casa de los padres de Fran, el novio se preparó rodeado del cariño de sus hermanos y padres, mientras que en casa de la novia, Elena se vestía de blanco, acompañada por su hermana, sus padres y una amiga cercana. Todo estaba listo para el gran momento, y la emoción se sentía en cada rincón.
La ceremonia se llevó a cabo en la majestuosa Iglesia de San Nicolás, una joya de Valencia donde raramente se celebran bodas, pero para Elena y Fran se hizo una excepción especial. Los novios, emocionados y radiantes, pronunciaron el «sí, quiero» ante sus seres queridos.
El banquete fue organizado en los Jardines de Hacienda, una de las fincas más elegantes y modernas de Valencia. (aquí puedes ver otros reportajes en estos salones de boda) Los invitados disfrutaron de un exquisito cóctel antes de dar paso a una fiesta que celebró el amor de los novios por todo lo alto.
Todo iba según lo planeado hasta que decidí capturar una foto del exterior de la finca. Ajusté mi encuadre, pero al acercar el ojo al visor, noté que faltaba una parte del edificio… Instintivamente, di un paso hacia atrás, sin percatarme del peligro que me acechaba: una fuente decorativa sin protección justo detrás de mí. ¡Caí dentro! En un abrir y cerrar de ojos, me encontré empapado hasta la cintura.
Después del susto, logré salir rápidamente y, afortunadamente, pude secar mis cámaras, que no sufrieron daños. Los pocos (y por suerte, discretos) invitados que presenciaron la escena fueron increíblemente amables y me ayudaron a secarme. Gracias al calor del verano en Valencia, me sequé en pocos minutos y pude continuar fotografiando la fiesta y el baile. ¡Una anécdota más para la colección! (No hay foto del momento, ya que el fotógrafo era el protagonista).
Comparto una pequeña selección de las fotos del reportaje de Elena y Fran que más me han gustado de este reportaje. Gracias de corazón por dejarme captar estos momentos únicos.
¡Que vivan los novios!