Quedamos para hacer las fotos en Port Saplaya en una tarde de verano. Pablo y Rafa estaban súper entusiasmados con los preparativos de la boda, me contaron los detalles de la boda mientras nos tomábamos una orxata deliciosa en un bar. Así cargamos pilas y realizamos este reportaje tan divertido.
Para mi son una pareja admirable, a Pablo lo conocí desde pequeño y sé que es una persona sensible de gran corazón. Rafa también, es una persona maravillosa, hacen una muy buena pareja ideal, saben quererse y la pasarla bien.
Paseamos por los canales de la pequeña Venecia. Cada rincón es único, sus colores y luces lo hacen un gran escenario para sesiones fotográficas. Mientras tomaba las fotos pensé que maravilloso es ver el amor; el amor es algo intangible pero que se ve en gestos y miradas como las de Pablo y Rafa.