Una boda de ensueño en la Vallesa de Mandor

Rosa y Javier organizaron su boda cuidando detalle a detalle  para que fuera como siempre la soñaron. Celebraron su boda este verano en la Vallesa del Mandor, una espectacular finca del S.XVIII en las afueras de Valencia. Buscaban un lugar especial, que fuera amplio, cómodo y rodeado de naturaleza. La Vallesa de Mandor resultó ser el sitio ideal.

Conocí a Rosa hace unos años, cuando vino a seguir un curso de fotografía en Tripodart, ella es solar, llena de energía y también es una apasionada de la fotografía. A Javier lo he conocido durante la sesión de preboda que hicimos en el centro de Valencia. Él es aficionado del kite-surf, un deporte que practica hace ya un tiempo con la ayuda de Rosa.

En el día de la boda me ha acompañado Iván, un colega fotógrafo y buen amigo que, además de tomar fotos desde diferentes perspectivas se ha encargado de realizar un montaje de diapositivas con las mejores imágenes del reportaje. Este slideshow  fue proyectado el mismo día de la boda en la Vallesa del Mandor (puedes verlo aquí).

El reportaje comienza en casa de los padres del novio, donde Javi se vistió con la ayuda de su hermano. Debo destacar que era uno de los días más calurosos del verano, ya  en casa de los padres de Rosa quién nos esperaba ya vestida con su precioso vestido de boda de Pronovias con una cola  y un velo muy largo. Por suerte el vestido fue encargado en Torrente y no en Valencia donde ocurrió el incendio que quemó más de 600 vestidos de boda.

Un flamante Cadillac blanco esperaba a Rosa a la salida de su casa para llevarla a la Vallesa de Mandor. La ceremonia se celebró al aire libre con la participación de amigos y familiares. Después de la boda realizamos unas fotos con los novios en el jardín y aprovechamos el coche para unas imágenes contemporáneas.

El banquete fue servido en el jardín de la finca bajo un cielo estrellado con el palacio de la Vallesa de Mandor como fondo. Amigos y familiares disfrutaron de una cena con los novios en una atmósfera intima. Hacia el final del banquete llegaron sorpresas, Javi tuvo que vestirse con su traje de neopreno para recibir un regalo en forma de kite-surf, otro regalo fue un árbol en el que las hojas contenían mensajes de los amigos.

La fiesta se celebró en la bodega de la finca, un espacio amplio y elegante donde los invitados y los novios disfrutaron de música y barra libre. Rosa había organizado un concurso de tocados entre sus amigos: todas las participantes desfilaron para elegir el tocado más bonito.

Se proyectó el pase de diapositivas con las fotos que tomamos pocas horas antes y al final inauguramos el photocall. Montamos el fondo de estudio con los flashes y distribuimos disfraces a los invitados que desfilaban con entusiasmo en el photocall. Estas fotos son muy divertidas y lo mejor es compartirlas en los días siguientes con la Web Novios.

Una boda elegante, divertida y llena de sorpresas. Gracias Rosa y Javi por elegirme como fotógrafo de vuestra boda, ha sido una experiencia única. Gracias a Iván por acompañarme en esta aventura.